
Cosas de Garroberos
Por: Dionisio Carvajal Gätgens (*)
Aquiles y Rosalba siempre sabían, él y ella, las mismas cosas. Un matrimonio, una muerte, un nacimiento, un rompimiento de relaciones o un amorío ilícito eran noticia de primera fuente para nuestros periodistas rendijeros.
“¿Supiste?” era la expresión con que se iniciaban todas las conversaciones entre ellos. Después venía el intercambio competitivo de chismes:
-¿Supiste que Mario se separó de Teresa? ¡Ah sí…! Y, es más, fue culpa de Dorita, que se interpuso entre los dos.
-Y vos, ¿supiste que Rodriguito, el de Chela, no es de su marido?
Nunca, ninguno de estos depredadores de honras había podido darle una nueva al otro.
Aquel día, Rosalba, cincuentona de ojillos brillantes y pequeños, acuciosos y escrutantes, tocó con fuerza la puerta de la casa de Aquiles.
Media hora antes, en la madrugada, como de costumbre, había sintonizado el primer noticiario, y se enteró de que el autobús que, viniendo de Puntarenas, atravesaba nuestro pueblo en las primeras horas del día, para luego dirigirse a San José, había sufrido un grave percance. Se hablaba de muchos heridos y hasta de muertos.
María, la esposa de Aquiles, abrió sobresaltada la puerta y ante tan inusitada visita inquirió:
-En qué le puedo servir, doña Rosalba? ¿Qué le trae aquí tan temprano?
-Decile a tu marido que venga, que le tengo una nueva… Se volcó el bus que pasa en la madrugada y…
-¡Ay, Dios mío…! ¡Si allí iba Aquiles!
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(*) Dionisio Carvajal Gätgens, es funcionario bancario jubilado, Escritor, nativo y residente de Esparza.
Bibliografía
Carvajal Gätgens, Dionisio. “Cosas de Garroberos”. Publicado bajo el patrocinio del Banco de Costa Rica. San José, 25/noviembre/1982. Pág. 27-29.
Ilustración: Hugo Díaz.
Cuento publicado con permiso del autor, en el Blog “Esparza Mía…”, del Folclorista y Gestor Sociocultural Marco Fco. Soto Ramírez, el 21 de octubre de 2013.